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Tal como podéis ver a continuación, hace 3 días, en una conocida red social, alguien publicó una demanda de auxilio.

Esa persona se había visto envuelta en una serie de deudas, la situación habitual de desesperación que nos lleva a buscar soluciones inadecuadas para finalmente encontrarse en insolvencia total.

Esa persona solo pide trabajo, necesita desesperadamente trabajo para generar ingresos y salir adelante, sin embargo, os puedo garantizar que de los cientos de comentarios que generó su publicación, un porcentaje fue de crítica y escarnio.

¿Por qué os cuento todo esto? Pues porque quiero que entendáis que las deudas tienen solución y esta jamás pasa por generar más deuda, sino que la solución es beneficiarse de las herramientas correctas y legales.



La Ley de la Segunda Oportunidad nació para reflotar la economía.

No es una medida de caridad, ni un desprecio a los acreedores.

No es una Ley para amparar al moroso sino para conseguir que las personas “puedan verse liberadas de una losa de deuda que de otra forma nunca podrán satisfacer”, esto no lo digo yo, no es una interpretación sino que es el texto literal que se publicó en el BOE, Ley de la Segunda Oportunidad,  https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2015-2109

La Ley es un procedimiento aséptico, limpio, que gira en torno a la figura del Deudor de buena Fe.

No te escondas, no dejes que la crítica de la sociedad te haga sentir vergüenza porque si tú eres un DEUDOR DE BUENA FÉ, tienes derecho a que la LEY se aplique y conseguir así solucionar tu situación…y ¿sabes qué? ¡si tú economía mejora, mejora la sociedad!

¡No estás solo!