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Arrastras deudas que nunca acaban… Te ofrecieron una cuota mínima para que “fuese cómodo pagar el préstamo o tarjeta” pero nunca te explicaron que los intereses serían abusivos, nunca te explicaron que pagarás intereses pero sin prácticamente amortizar capital y por ello los intereses seguirían creciendo…

En resumen, estás en un círculo vicioso que consiste en pagar cuotas compuestas por capital e intereses y por tanto, tu deuda seguirá aumentando.

Si dejas/dejaste de pagar, los gestores de recobro te acosan a diario, te localizan en tu trabajo, localizan a tus familiares…para ellos todo vale con tal de conseguir que pagues algo y de nada sirve que les expliques tu situación.

Luego llega ASNEF, entras en una base de datos de morosidad, luego llega la demanda, te citan a un juicio monitorio, te embargan, etc….

Es una situación sin fin. Has perdido tu trabajo, has perdido capacidad económica y tienes que escoger entre dar de comer a tu familia o pagar cuotas eternas de intereses abusivos, de préstamos inacabables.

¡Ahí es donde la Ley de la Segunda Oportunidad te va a ayudar!

La Ley de la Segunda Oportunidad es la única manera legal de conseguir solucionar tus deudas.

Ten presente que:

¡La Ley de la Segunda Oportunidad es una Ley! No te estoy hablando de intentar algo… Lo que te estoy diciendo es que hay una Ley para ayudar a las personas en situación de insolvencia, es decir, para las personas que no pueden pagar sus deudas (insolvencia presente) e incluso que prevén que no van a poder seguir pagando (insolvencia futura).

La Ley de la Segunda Oportunidad te permitirá plantear una propuesta de pago de tus deudas, adaptada a tu situación, no adaptada a lo que tus acreedores quieran exigirte, sino adaptada a lo que tú, de buena fe y sin perjudicar a tu unidad familiar puedes pagar.

Porque eso es lo que dice la ley de la Segunda Oportunidad, por lo tanto, ¿Merece la pena acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad? ¡Sí, sin lugar a dudas!